GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS EN TIEMPOS DEL COVID-19
22 Mar. 2020
Dice la sabiduría popular que los momentos de crisis son fuente de oportunidades para quien sabe verlas y aprovecharlas.
No cabe duda de que la situación que estamos viviendo es una crisis, con un estado de alarma provocado por la pandemia del Covid-19 y el confinamiento de gran parte de la población, con muchísimos sectores afectados por una obligatoria suspensión de actividades, otros sectores manteniendo su actividad pero bajo mínimos y el resto trabajando más que nunca o "reinventándose" para colaborar en la lucha contra el virus.
La gran preocupación de muchas empresas es cómo sobrellevar los costes fijos de su actividad sin poder conseguir ingresos. Y una parte importantísima de esos costes se derivan de sus empleados. Por ese motivo, cuando se piensa en reducir costes, lo primero que sale a reducir es adoptar medidas de regulación de empleo tales como reducciones de plantilla (con despidos), reducciones de jornada y suspensiones de contratos.
Al mismo tiempo, sus empleados, su fuerza de trabajo, son uno de los recursos más importantes con los que las empresas cuentan para desarrollar su actividad. Y todos los expertos en Recursos Humanos coinciden en que actualmente las empresas encuentran serios problemas para retener el talento y para que sus empleados sean sus "embajadores de marca", colaborando de esta forma en mejorar el posicionamiento y la imagen de las empresas para las que trabajan.
Todos, empresarios, trabajadores por cuenta ajena y trabajadores por cuenta propia, entendemos que suspender contratos, incluso finalizar contratos temporales o tomar otras medidas de flexibilización de las plantillas (ya tratadas desde un punto de vista jurídico en este blog muy recientemente) son necesarias para asegurar la viabilidad futura de las empresas y que todas esas personas tengan cuando todo pase "un sitio al que volver".
Y los abogados, asesores jurídicos de empresas y demás profesionales del ámbito jurídico estamos a disposición de nuestros clientes para garantizar que todo se haga con respeto a la legalidad vigente. Sin embargo, no podemos sustituir a los empresarios y gerentes en la gestión interna de estas medidas y en procurar que causen el menor perjuicio posible a sus plantillas. Tanto económico como personal.
Quiero aplaudir a las empresas, grandes, medianas y pequeñas, de cualquier sector, que se han ocupado de informar personalmente a sus empleados de las medidas que iban a tomar y de las consecuencias que sus decisiones iban a tener para cada persona, que les han dado alternativas, que han investigado si de alguna manera esas medidas podían perjudicarles y han buscado otras soluciones en caso de que así fuera, que se han ofrecido a facilitarles gestiones personales y se han preocupado de cómo les afectaban personalmente las decisiones de la empresa. Las que, en suma, han realizado y siguen realizando una gestión "humana" de esta crisis.
Porque de aquí salimos juntos o saldremos peor y más lentamente. Porque esto no es un sálvese quien pueda. Porque si una empresa es un barco y avanza cuando remamos todos en la misma dirección, el mercado es un océano y cuando el agua sube, sube para todos los barcos. Porque la lealtad mutua entre las empresas y sus empleados es lo que verdaderamente consigue que un grupo de personas se convierta en un equipo, que "los buenos" se queden y que contribuyan a la recuperación de la empresa con toda su buena fe.
Quiero pensar que los juristas contribuimos a ese objetivo ayudando a nuestros clientes a analizar los escenarios, a considerar las alternativas, a prever las consecuencias y a mantener la serenidad y el sentido común en estos momentos de incertidumbre y, cómo no, a encontrar soluciones creativas para lo que aparentemente no tiene solución.
Quiero pedir a las empresas que en estos momentos hagan de la necesidad virtud, que aprovechen este mal momento para detectar y explotar las oportunidades que se les presentan de hacer equipo y de que sus empleados vistan con orgullo la camiseta cuando llegue el momento de volver a levantar las trapas, encender los rótulos y atender al público.
Quiero también pedir a aquellas empresas que hayan adoptado decisiones precipitadas por haberse dejado llevar por el pánico que hagan un replanteamiento de su actuación, porque hay muy poquitas cosas irremediables y sus asesores son expertos en resolver problemas. Para que todas las relaciones que se producen en el ámbito interno salgan fortalecidas de esto.
Gracias a mis compañeros por ofrecerme este espacio para reflexionar en voz alta y disculpas por extenderme, que siempre que me han dado un micro después me lo han tenido que quitar de las manos. Que todos estemos bien.
Vega Gómez Hernández
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Vega Gómez Hernández es Licenciada en Derecho y Diplomada en CC. Empresariales. Está colegiada en el Ilustre Colegio de abogados de Salamanca y cuenta con homologación como consultora y docente por la Escuela de Organización Industrial. Ejerce como Asesora de PYMES, microempresas y trabajadores por cuenta propia, así como de docente de Formación profesional para el Empleo especializada en RRHH, contabilidad y gestión de empresas.